Otros aspectos del entorno social que influyen en el proceso de aprendizaje y por tanto en la calidad académica del colegio.

Esta semana compartiré unos pensamientos sobre la disciplina del establecimiento. 


El ser humanos es un ser social por excelencia. Al ser personas, a medida que vamos creciendo y desarrollándonos contamos con una componente social cada vez más necesario que nos lleva a ampliar nuestro círculo de relaciones.

Desde que nacemos, tenemos la necesidad de ser parte de “algo”: De una familia, de una comunidad, de una sociedad, de un colegio, de una iglesia… en fin, de un grupo. 

Reconocer ese ser social hace que nos comportemos de una forma u otra, ojalá… dentro de un parámetro de convivencia sana y respetuosa con el grupo. 

El colegio, ya sea virtual o presencial,  es el lugar donde ellos aprenden a socializar por excelencia. Es tanta esa socialización, que la mayoría de los estudiantes ven el colegio como el lugar donde hacen sus  amigos y amigas y la pasan bien, en el mejor de los casos. No lo ven principalmente como el lugar en donde aprenden competencias, destrezas, habilidades y contenidos interesantes que les van a servir después, para tener acceso a la universidad. 

Los invito a que le pregunten a sus hijos e hijas por qué les gusta su colegio y hagan el ejercicio de confirmar o no, esto que afirmé antes. 

La mayoría de veces dicen: “por mis amigos”, “porque la paso bien”, “porque no me gusta la casa”. Casi nunca dicen: “ porque me enseñan matemáticas”, “aprendo lenguaje o química”, parece que es lo que menos les importa a la mayoría. 

Sí, la socialización es un factor importante en la vida de los hijos e hijas que asisten a un colegio. Por eso, es preciso  conocer las normas de convivencia. 

Cada colegio debe contar con un Manual de sana convivencia en donde se normen los comportamientos permitidos y en donde se describan los NO permitidos. Los comportamientos no permitidos deben tener un sistema de sanción desde leve hasta algo muy serio. En términos más formativos sería una escala así: necesita seguimiento y apoyo especializado, requiere sanción, es grave o intolerable. 

Los padres de familia deben conocer muy bien el contenido de este manual ya que deben tener claro el ambiente social que respirará su hijo o hija en el colegio que están considerando.  

Como Directora de colegios,  he tenido la tarea dinámica de estar dando vida a ese manual de sana convivencia;  pues tratar de tipificar cada conducta que se les ocurre a los estudiantes, es casi imposible. 

Mi consejo es: Examinen como pareja o como familia cuáles son aquellas normas que ustedes no tolerarían para sus hijos e hijas y cuáles les hacen sentido. Si las que no toleran son muy fuertes para ustedes, piénsenlo mas de una vez. No les auguro un buen comienzo, porque siempre vana a estar en contra posición ustedes y sus hijos e hijas con el colegio y sus autoridades. He aprendido que casi siempre esas normas tienen que ver con el código de vestimenta y de presentación personal:  el uniforme, los piercings, los tatuajes, el pelo y el respeto a la individualidad y singularidad. 

Yo no digo que sea malo o bueno. 

Lo que sí he aprendido a respetar con mi basta experiencia en la educación y en la vida, es que cada familia tiene libertad de creer lo que para ellos es importante o no. 

En últimas, si ven que hay demasiadas discrepancias en la parte comportamental, o disciplinaria de un colegio con su forma de pensar o concebir la vida y el mundo hoy en día, hay más opciones. Hay más colegios, hay otros formatos que te dejan la libertad de escoger lo que es importante para tu forma de ser como familia, como padre o madre de familia y que centran sus esfuerzos en formar académicamente a los estudiantes en las habilidades básicas y de cultura general que deben desarrollar, manejar e interiorizar a la hora presentarse a la Universidad. Pero sobre todo, hay formatos educativos que optimizan el tiempo diario de los padres de familia  y de los hijos e hijas, para desarrollar otros talentos y habilidades que no se desarrollan en el colegio.


Hay que ponerle atención, cada vez más, a ese concepto de socialización. Hay que relacionarlo con ese manual de sana convivencia y evaluar si esas normas, consecuencias y sanciones hacen sentido en su familia y representan un lugar coherente y seguro para sus hijos e hijas. 


Volveremos la otra semana y compartiré un poco sobre el papel de las instalaciones del colegio, en la calidad educativa del mismo. Nosotros, Sabemoscomo.

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